grayCity

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lunes, 27 de abril de 2009

Días

Hay días y días,
y noches también;
días de doce horas,
noches de veinticinco tal vez;
días para descansar de la noche,
después de una ardua labor hepática;
noches para confundirlas con el día,
llenas de alucinaciones frenéticas.

Días que valen la pena vivirlos
otros que no valen la pena acordarse,
días que comienzan con la aurora,
con un primer haz de luz,
un fotón hembra bien envuelto,
cautivadora,
otros con el último aliento,
el latido final,
de alguna porción de materia
que en desgracia se encontró.

Hay días que comienzan en monotonía,
un carrusel sin salida
del opulento y superficial circo de la vida,
los mismos rostros,
los de los ojos vacíos,
sin esencia,
las mismas esquinas
de las mismas calles,
del mismo cemento con aroma a urea,
el mismo hedor a lucro sin control,
pedazos de celulosa,
materia que corrompe el alma;
las mismas agujas girando en su eje,
crueles, sin piedad,
premonitorias de un futuro incierto y apocalíptico,
testigos de guerras pasadas,
victorias en vano, celebradas con el vino vital
protagonistas del hoy.