“… cada golpe que me das aviva mi odio hacia ti,
¡Vamos! Préndele fuego a mis rencores
Y espero que los puedas soportar.
No sé cuánto más mi alma seguirá callada,
Porque cada lágrima que de mis ojos caen,
No será en vano
Prepárate para mi ser verdadero, y más te vale correr
No habrá escapatoria
El dolor que siento ahora no es nada comparado a lo que tú pasarás
Recuerda cada insulto, cada herida en mí.
Y tus muestras de desconfianza serán tu perdición
Te odio, lo hago ahora más que nunca
No sé qué sería de ti si sacara mi odio a flor de piel…”
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